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La igualdad que se respira en la sala de un restaurante es herencia directa de la Revolución Francesa. Toda persona que entra en un restaurante merece el mismo trato; todas tienen el mismo derecho a una buena atención.
Con el uso del espacio del patio, las niñas interiorizan como una transgresión entrar al espacio donde se está jugando al fútbol, y si reciben un pelotazo, es su culpa por haber ido hasta allí. Se ve, además, normal, que la ocupación del espacio sea de dominio estrictamente masculino y que las mujeres se queden en los espacios marginales.
Antes había muchos juegos de niñas: el corro de la patata, la comba, la rayuela…, y ahora en los patios hay muchas niñas que no están jugando a nada, que no tienen donde hacerlo. Aunque pueda parecer baladí, las niñas están aprendiendo «que el espacio no es suyo, que no son las protagonistas del mismo y que tienen que dejarlo a ellos porque lo que hacen no tiene valor para la escuela y de sus juegos no habla nadie.
El Ayuntamiento de Madrid, propone como el «patio ideal» aquel que cuenta con tres zonas diferenciadas. La primera, es la zona tranquila para actividades de baja intensidad (puede tener huerto o jardín, zona de picnic, un arenero o aula exterior), otra zona semi-activa donde saltar, hacer equilibrios o bailar (para juegos libres o expresiones artísticas, con sombra, vegetación y juegos libres como columpios) y finalmente una zona activa donde desarrollar deportes reglados (con zona de precalentamiento, deportiva y rocódromo).
Tradicionalmente, en sociedades que no son las actuales, el hombre estaba educado para tareas como defender, pelear o ganar dinero y la mujer tenía que estar en casa y cuidando de la familia. Esto, en determinados momentos de la historia, tiene su razón de ser, porque había que especializar a una parte de la sociedad, pero ya no se corresponde con estos tiempos, la vida ahora es muy diferente y ya no tiene sentido esta división del trabajo.
En 2033, uno de cada cuatro españoles tendrá 65 años o más. Serán más de 12 millones de personas en esas edades frente a los alrededor de nueve que hay ahora. Dentro de 50, la cifra se elevará a cerca de 15 millones. Para entonces, en 2068, casi siete millones (6,85) de personas habrán cumplido o superado los 80, una cifra que duplica los casi tres millones actuales.
Lo sucedido en Portland es una historia que se repite en varias ciudades de Estados Unidos, entre las que destacan Nueva York, Los Ángeles y San Francisco.
La floreciente demanda en una zona con escasez de viviendas enseguida hizo subir el costo de vida y aquellos que financieramente estaban en el límite perdieron la capacidad que una vez tuvieron para permitirse un lugar donde vivir.
La desigualdad está creciendo a un ritmo alarmante y los beneficios de una economía en crecimiento se concentran cada vez en menos manos
Los Ángeles, tiene más de 50.000 personas sin hogar, solo por detrás de Nueva York, que tiene unas 75.000.
553.742 personas estaban sin hogar en una misma noche en todo Estados Unidos en 2017.
La tecnología puede tener como consecuencia el recorte de miles de empleos de sueldos bajos, probablemente empeorando las cosas.
Los ancianos y las minorías se ven afectadas por este problema de forma desproporcionada.
Los residentes están cada vez más frustrados por el olor de orina, heces humanas y objetos abandonados que se amontonan en espacios públicos, a veces en sus propias escaleras.
El sueño americano" se está convirtiendo rápidamente para muchos en "la ilusión americana.